Un informe privado reveló diferencias regionales marcan el acceso a la mesa familiar, con variaciones que superan los 75.000 pesos según la provincia elegida.
Si bien la inflación en Argentina desaceleró fuertemente en el último año, llenar el changuito en el supermercado sigue siendo difícil para muchos consumidores cuyo poder adquisitivo se vio muy afectado por el mayor peso que tomaron los servicios dentro del presupuesto familiar.
El Indec informó esta semana que los precios subieron 1,9% en julio y 36,6% en el último año. Y el rubro de “Alimentos y bebidas no alcohólicas” aumentó en igual proporción que el indicador general, cuando el mes anterior habían creciendo solamente 0,6%, frente a un IPC general de 1,6%. La suba de 13% del dólar el mes pasado tuvo su impacto -aunque leve- en el valor de los productos transables.
En este contexto, la consultora Analytica hizo un análisis, provincia por provincia, acerca de cuáles son las que registran mayor aumento en la canasta del supermercado. El mapa de las cadenas en el país muestra brechas notorias. El precio de una canasta básica para una familia tipo de clase media –dos adultos y dos menores– varía ampliamente entre provincias. El relevamiento utilizó productos de marca uniforme y empaques iguales para cada artículo, lo que elimina distorsiones y permite comparar de manera precisa el costo real de abastecerse.
Las provincias más costosas
La región patagónica encabeza el ranking de provincias más costosas, con Santa Cruz al tope: llenar el changuito insumió $769.319 durante julio. En la misma zona, Chubut registró $759.467, Tierra del Fuego llegó a $751.937 y Río Negro a $742.188. Estas cifras ilustran el peso de la logística y las condiciones particulares del mercado en el sur.

